Por: Menahem Belilty
Practicar la gratitud trae grandes beneficios a nuestra vida. A continuación unos ejercicios que te ayudarán a conectarte con esa maravillosa virtud. Este artículo está basado en el libro “Gratitud” de Robert A. Emmons, uno de los autores más importantes de la psicología positiva.
1.- Escribe un diario de gratitud
Cuando escribes organizas tus pensamientos, eso facilita el ver las cosas en su contexto. Llevar un diario prestando atención a sucesos inspirados en la gratitud nos ayuda a agudizar la percepción de las cosas, de esta manera comienzas a ver bendiciones donde antes solo veías maldiciones. Esta práctica diaria en la que recuerdas regalos, favores, beneficios y las cosas buenas de las que disfrutas, te ayudará a sentirte mucho más optimista, positivo y a tener mayor nivel de satisfacción con tu vida.
2.- Recuerda lo malo
Parece contradictorio ¿no? Cuando recordamos lo difícil que la vida solía ser y lo lejos que hemos llegado, establecemos un contraste explícito en la mente; este contraste es un campo fértil para el agradecimiento. Conectar con la sensación de logro y crecimiento es una estrategia efectiva para cultivar la gratitud y tener mayor bienestar.
3.- Respiración de ¡Gracias!
Dos o tres veces al día, afloja el ritmo y presta atención a tu respiración. Percibe como fluye tu respiración, como tomas aire y lo expulsas, sin esfuerzo… sigue respirando de esa manera. Por cada una de las próximas cinco u ocho exhalaciones, repite la palabra “gracias” en silencio para recordar que la respiración es un regalo, y lo maravilloso que resulta estar vivo. Practica este ejercicio por lo menos tres veces por semana.
TIP
Una y otra vez
La gratitud como actitud es una manera de abordar la vida, es una disciplina exigente que implica una decisión constante y consciente. Albert Einstein admitió que necesitaba recordarse 100 veces al día que su vida interior y exterior dependía del esfuerzo de otros hombres, vivos y muertos.